lunes, 18 de agosto de 2008

El único púgil español, Kelvin de las Nieves, eliminado en un valiente combate ante el 'número 5' mundial

JOSÉ Kelvin de la Nieve, un humilde onubense de origen dominicano, la única esperanza del boxeo español en la Olimpiada de Pekín, se dejó todas sus ilusiones, sus esfuerzos y sus sueños en su debut ante el experto zurdo Luis Yáñez, un estadounidense rebelde de origen mexicano. Perder con honra sin dar un paso atrás es mejor que ganar sembrando polémica.

Todo depende del criterio y de la inspiración del momento de los cuatro jueces que puntúan desde abajo porque el árbitro de ring sólo vigila la limpieza del combate. Kelvin de la Nieve mantuvo su elegancia y prudencia en la derrota, dándole su sitio al rival, que coartó su iniciativa. Beni Alloza, su mentor y artífice, su padre espiritual y orientador, discrepó en Huelva del veredicto, incluso apuntó correcciones sobre la estrategia. Desde el 'rincón' de la 'tele' se descubren muchas alternativas.

Hay que respetar todas las opiniones de los especialistas.Lo más destacado fue el 'fair play' de un boxeador apodado 'El Dandy', que hizo honor a su apelativo dentro y fuera por su elegancia y ética, virtudes que dan sentido a la frase de Pierre de Cubertin, padre de las Juegos modernos, "lo más importante no es ganar sino competir" en contraposición con "ganar es todo, es lo único" surgido de la mentalidad americana.

Kelvin de la Nieve, de cuerpo menudo y ágil, ya 11 años en Huelva y nacionalizado en 2000, amante del béisbol en Los Alcarrizos natal, seguidor de Barça, ha sido una de las atracciones entre los olímpicos españoles por su habilidad en el billar y futbolín. Ahora está con los suyos y seguirá viendo los grandes combates históricos. Pura afición metida en la sangre por Beni Alloza y Paco Méndez, su pareja inseparable de maestros del Club Yoon. Ejemplar este Kelvin de la Nieve, de sangre caliente en el ring y deportista con alma transparente. Hay que gozar de los buenos modales.

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