Kelvin de la Nieve ya pisa territorio olímpico. El púgil onubense, único representante español en la modalidad de boxeo, partió ayer desde el aeropuerto de Barajas de Madrid rumbo a Pekín.
Alloza ha llevado a cabo la preparación de Kelvin siguiendo las pautas de un entrenamiento establecido por la Federación Española de Boxeo que no difiere mucho a la suya. "Ha sido normal, muy parecido al que nosotros hacemos", aclara. "En una primera etapa, los ejercicios han estado orientados a coger volumen de trabajo después del descanso que disfrutó Kelvin tras el Boxam, y a continuación, hemos cambiado volumen con intensidad", añade. La última etapa de su preparación Kelvin la afrontará en Pekín junto al seleccionador, Manuel Berdonces, y consiste en "buscar intensidad y, sobre todo, calidad de trabajo", señalo Alloza, que espera que su pupilo coincida con técnicos y boxeadores franceses "porque los conoce y seguro se va a sentir muy cómodo ejercitándose con ellos".
El primer combate del púgil onubense podría disputarse el próximo 13 de agosto pero Kelvin podría quedar exento de esta lucha si el sorteo en la primera ronda así lo decide. Ese es el deseo del boxeador, tal y como reconoce su entrenador: "A él le encantaría evitar esa primera ronda, tener suerte en la segunda y poder llegar a la tercera, en la que conseguiría diploma, después pelearía si fuera posible por una medalla". No obstante, "él es muy cauto y prudente e irá combate a combate aunque tiene mucha ambición", añade Alloza.
Kelvin hace frente a un grupo con los 28 mejores boxeadores del mundo, de los cuales, "4 ó 5 de ellos son de muy altísimo nivel, más veteranos, con más experiencia y más combates, a ver si tiene suerte y no se cruza con ellos en las primeras rondas", desea el entrenador.
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